La agresividad: es béstia entristecida y miedosa de tu interior
Dentro de nosotros mismos hay muchas cosas, algunas ordenadas y organizadas fáciles de comprender y otras escondidas, disfrazadas, rotas o incomprensibles.
La agresividad es una respuesta motora, ya sea verbal, conductual o gesticular a algún estímulo a veces este estímulo es objetivo y otras veces es subjetivo. Normalmente y como especie la agresividad es útil para defendernos de una amenaza externa. Pero puede suceder que esta amenaza sea subjetiva basada en una percepción personal o que la amenaza o percepción de amenaza no venga de fuera y sea interna.
Normalmente actuamos agresivamente cuando, nos frustramos, nos sentimos inferiores, tenemos miedo, estamos tristes, nos sentimos incomprendidos… Cuando hablaba de lo que tenemos dentro me refería a que muchas veces no sabemos lo que guardamos, lo que guardamos de experiencias, de miedos, de aprendizajes, de frustraciones, de traiciones.. y a veces se encuentran perdidas, escondidas sin desahogo dentro nuestro y eso hace que se revelen. Gritan con un silencio aterrador que nos estremece y hace que nos enfurezca cualquier cosa que nos rodee. A veces cuando nos invade esta sensación no sabemos ni porque pero actuamos agresivamente y la ira nos domina.
Es muy importante identificar porque estamos enfadados, porque nos molestan ciertas cosas y otras no, y cuando lo identifiquemos limpiar todas esas zonas de nuestro interior que nos producen esas sensaciones, que desencadenan esa agresividad. Puede que estés enfadado porque no te quieres, porque no sabes como hacer las cosas, porque te sientes culpable, porque estas muy triste o porque no te entienden.
En terapia buscaremos ese porque de tu enfado, y trabajaremos cual es su base, como te afecta y en que te bloquea. La agresividad puede llegar a puntos muy peligrosos también cuando la enfocamos a nosotros mismos, psicológicamente nos podemos hacer mucho daño pero también a nivel físico nos podemos agredir, estando encerrados en el mismo cuerpo con nuestro agresor.
Pide que necesitas, busca nuevos caminos, valora lo que tienes y descubre recursos que tienes dormidos, explora porque estas enfadado y ves a la raíz del problema solucionando eso la respuesta agresiva disminuirá hasta desaparecer.
Vivir con agresividad es un infierno para ti y para los que te rodean los cuáles al final optaran por abandonarte.

Beatriz Rodríguez Batlle

NºCol. 20093

Psicóloga especializada en clínica de Adultos y Terapia de Pareja.