Cada persona lleva su caja de conflictos, problemas, frustraciones, miedos, limitaciones, experiencias que marcan, aprendizajes, hábitos…

Cuando estamos con cualquier tipo de relación, hijos, padres, amigos, pareja,… tenemos la tendencia a vaciarle esa caja, a ponerle todos esos conflictos, frustraciones…que son solo nuestras a esa persona, incluso a veces llegamos a creer que esos conflictos son de los dos, o incluso que son del otro y no nuestros. A veces pueden llegar a ser armas mortíferas, que matan o hieren de muerte las relaciones.

Normalmente somos capaces de ver lo que nos echan, los conflictos del otro que sabemos que no son nuestros. Pero mucho más difícil es ver lo que nostros mismos lanzamos, vertimos sobre el otro.

Cuando desde la vertiente profesional hablamos de relaciones sanas, nos referimos a trabajar con uno mismo todas esas cosas de la caja que nos bloquean, nos generan distancia o conflicto directo con los demás.

Esto no implica que la propia relación no funcione o hayan cosas que debamos o queramos cambiar, pero siempre desde la reflexión de nuestra propia actuación. Debemos valorar hasta que punto nuestras propias cosas son las generadoras de conflicto para poder trabajar en ello.

Somos responsables de nosotros mismos, y cuanto antes seamos conscientes de ello antes disfrutaremos de una relación sana.

Revisa tus conflictos, tus miedos, tus frustraciones e intenta ser consciente de que son tuyos y de cómo afectan a tus relaciones.

38236hdTrabajalos tú solo, con ayuda profesional y después toma decisiones, siempre el final es tomar decisiones poner límites, hacer demandas, escuchar, empatizar y decidir. Todo eso después de una buena introspección donde seamos conscientes de nuestra caja, de cómo es, de cómo está y de que manera debemos tenerla.