EL USO DEL CHUPETE

La magia de la Navidad ya está aquí y en estas fechas son muchos los padres que están mentalizando a sus pequeños para que hagan entrega de uno de sus bienes más preciados a Papá Noel o a los Reyes Magos a cambio de regalos, sí estamos hablando del chupete.

El uso de este elemento es de gran controversia entre los profesionales sanitarios y los padres. Con la llegada del bebé, parece indispensable la presencia  y uso del chupete, es algo que no suele faltar nunca y se estrena en los primeros días de vida del recién llegado. Pero no somos conscientes de que a la larga puede ser perjudicial.

Los bebés nacen con un reflejo que les resulta imprescindible para su alimentación, el reflejo de succión.  Dividimos la succión en dos tipos; la alimenticia: es la que les permite succionar y tragar, cumple la función de alimentarlo, y la succión no nutritiva: es la que lo ayuda solo a calmarse, la succión por placer. Es totalmente normal en el desarrollo fetal y neonatal. Esta succión es totalmente normal se inicia en el útero materno y se alarga hasta casi los dos años de edad en que ya no necesita succionar y su uso va en contra del desarrollo dentario y el habla del niño.

Ventajas:

Efecto tranquilizador.  Se utiliza con la idea de atender lo antes posible al bebé, sin pensar muchas veces  que no es más que un sustituto del pezón materno y que, en muchas ocasiones,  la voz y el olor de la madre  es suficiente para calmar  su llanto o malestar.

Prevención del síndrome de muerte súbita. Ha sido señalado como uno de los factores que disminuyen el riesgo de muerte súbita, pero no hay que insistir en caso de que el bebé lo rechace.

Sirve como analgésico en procesos muy dolorosos.

 

Inconvenientes:

Aparición de mordida abierta y cruzada. Los dientes centrales inferiores se desvían paulatinamente hacia dentro, mientras que los que se encuentran en el mismo plano, pero en el maxilar superior, tienden a separarse y a sobresalir hacia fuera. Con el paso del tiempo, los caninos chocan entre sí y ambas filas de dientes no se cierran correctamente. Además, la acción de succionar pone en funcionamiento una serie de músculos de la cara que, junto con la posición de la lengua, hacen que, finalmente las líneas superiores e inferiores pierdan su paralelismo (mordida cruzada).

Reducción del balbuceo y del tanteo con los sonidos. Cuanto más tiempo pase con el chupete en la boca, es más posible que la imitación de los sonidos de los adultos de lo rodean y que pueda experimentar con los suyos propios.

Falta de coordinación de labios, lengua, dientes, paladar y mandíbula para el desarrollo del habla.

Infecciones estomacales, bucales y un gran aumento de las otitis ya que el movimiento de succión abre la trompa de Eustaquio que une el oído medio con la nariz permitiendo la entrada de patógenos.

Deglución atípica.  Movimientos compensatorios que se desencadenan por la inadecuada actividad lingual en el acto de deglutir en la fase oral.

Respiración bucal.  Consiste en la entrada de aire por la boca de forma habitual y constante, es decir, no existe la respiración nasal normal.

Dislalias. Para una correcta articulación de los fonemas, es necesario que el niño tenga una boca normal, es decir, con los dientes bien encajados. Los sonidos más afectados son /r/ fuerte, /l/,/z/, /t/ y /d/ por la posición baja de la lengua, /p/, /b/, /s/ y /x/ por tener la boca abierta y /f/ debido a la poca presión de los dientes superiores con labio inferior.

baby-552610_640Sabed que es preferible la utilización del chupete que la succión del dedo ya que a la hora de retirarlo nos será mucho más fácil.

Con todo esto no pretendo que su uso sea inexistente sino adecuado y responsable por parte de los cuidadores. Es conveniente no introducirlo antes de la tercera semana de vida del bebé, ya que puede interferir en la lactancia materna porque su tamaño y medida son distintos a las del pezón de la madre. Empezar a restringir su uso a partir de los 8 meses, a partir del primer año se debería iniciar su retirada. No es recomendable su uso en niños mayores de 24 meses  ya que es cuando va formando su dentición y puede deformar los dientes y el paladar y provoca todos los problemas y trastornos comentados anteriormente. Además hay que tener en cuenta que en esta edad es cuando hay un aumento del vocabulario y todo el tiempo que el niño lleva el chupete en la boca es tiempo que resta  a poder practicar hablando correctamente.

 

Niños y niñas, bienvenidos al mundo sin chupete!

Eva López

Logopeda colegiada nº3978

 

 

 

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