ESTUDIA Y ESTUDIA PERO NO APRUEBA.

¿QUÉ PUEDE HABER DETRÁS DE ESTO? ¿QUÉ HACEMOS?

 

A menudo observamos que nuestro hijo pasa muchas horas en la habitación encerrado y aparentemente dedica mucho tiempo al estudio, pero aún así los resultados académicos no son los esperados. ¿Qué puede estar pasando?

Os presento en esta entrada posibles causas que podrían darnos respuesta a esta pregunta.

 

Malos hábitos y técnicas de estudio

 

Desde pequeños, los profesores suelen ir dando pautas de estudio, para que los niños y adolescentes puedan ir tomando progresivamente las riendas de esta tarea. Aún así, a menudo hay alumnos que tienen un estudio desorganizado, les cuesta memorizar, concentrarse y no saben por dónde empezar cuando estudian solos, por lo que dedican mucho tiempo al estudio, teniendo poco éxito en los resultados.

Esto suele provocar desmotivación y pérdida de confianza en uno mismo, y por eso es muy importante detectarlo cuanto antes para intervenir y dar las pautas necesarias para cada caso.

 

¿Qué pueden hacer los padres?

  • Asegurarse de que el lugar de estudio sea siempre el mismo, no haya ruido ni distracciones, esté limpio y ordenado.
  • Ayudarle a organizar un horario realista en el que se incluyan las actividades escolares y de ocio, junto con el tiempo de estudio diario que debe dedicar.
  • Comprobar que el niño o adolescente lleva la agenda al día y cumple con las entregas de trabajos y actividades, así como con las fechas de exámenes.
  • Si tiene dificultades para extraer los contenidos más importantes y hacer sus propios esquemas y resúmenes, es el momento de ayudarle a hacerlos, hasta que tenga la práctica suficiente para hacerlos solo.
  • Preguntarle la lección para ayudarle a estudiar y que él mismo compruebe lo que lleva mejor o lo que aún ha de repasar.

 

Problemas de lecto-escritura

Si nuestro hijo tiene problemas de lectoescritura, es probable que en algún momento hayamos detectado que:

  • Lee muy despacio
  • No acaba de comprender bien lo que lee
  • Comete muchos errores en la lectura y en la escritura
  • Le cuesta recordar información
  • Pone en orden equivocado las letras de las palabras
  • Se despista con facilidad

Si nos hemos dado cuenta de que suceden alguna de estas cosas u otras parecidas, sería interesante que un especialista pudiese realizar una valoración para conocer dónde se encuentran las dificultades y para que a partir de ahí se pudieran tomar unas decisiones de intervención u otras.

 

¿Qué pueden hacer los padres?

  • Asegurarse de que no existen problemas auditivos ni visuales
  • Observar cómo son la lectura y escritura de su hijo (velocidad, comprensión, caligrafía, ortografía…)
  • No penalizar, ni reñir porque esté cometiendo esos errores, puesto que probablemente lo esté haciendo lo mejor que puede
  • Motivarle para que lea, y leer junto a él. Ser un buen modelo de lectura.

 

Dificultades atencionales

Algunos niños, y ahora con relativa frecuencia, presentan dificultades atencionales y en muchos casos se asocian a TDA-H (trastorno por déficit de atención-con hiperactividad).

Conviene que un especialista pueda determinar si existe TDA-H o no, ya que a veces se pueden dar casos de dificultades atencionales sin necesidad de que exista dicho trastorno; como puede ser el caso de las dificultades en lecto-escritura de las que ya he hablado antes.

 

¿Qué pueden hacer los padres?

  • Ayudar a su hijo a seguir una rutina diaria de estudio ordenado.
  • Convertir las tareas en mini-tareas, de forma que la exposición a las mismas no sea muy prolongada para evitar que se distraiga.
  • Tratar de que lleve la agenda ordenada y con las tareas que ha de realizar apuntadas.
  • Procurar que el lugar donde realice los deberes sea un sitio tranquilo, sin gente, con buena iluminación y sin estímulos que puedan producir distracciones.
  • Alternar momentos de tranquilidad con otros de mayor movimiento.
  • Elogiar sus logros

 

Ansiedad ante los exámenes

En ocasiones, algunos adolescentes explican que a pesar de haber estudiado mucho para los exámenes suspenden porque se han puesto muy nerviosos y se han quedado en blanco.

Es posible que hayas escuchado decidir esto a tu hijo alguna vez y hayas pensado que no ha estudiado lo suficiente, pero es cierto que a veces puede pasar cuando les ha entrado ansiedad frente a un examen.

Suele suceder cuando tienen cambios de ciclo, más tensión y responsabilidad. A pesar de ser buenos estudiantes, están agobiados y les entran miedos y angustias que les hacen desconfiar de sí mismos, tener dolores de cabeza, de estómago… a veces incluso les produce un bloqueo que no les permite recordar lo que han estudiado.

 

¿Qué pueden hacer los padres?

  • Ayudar a entender al niño o adolescente por qué está teniendo esos síntomas (dolor de cabeza, de estómago, se queda en blanco, malestar general…) y tranquilizarle explicándole que tiene remedio, que hay más oportunidades.
  • Ayudarle a transformar esos pensamientos negativos que le vienen a la cabeza (no puedo, no aprobaré nunca) en positivos y ayudarle a centrarse en lo que puede hacer en ese preciso momento.
  • Ayudarle a respirar tranquilamente y relajarse para aliviar la tensión que le provoca esa situación.

 

Siempre que tengas sospechas o dudas sobre cualquier asunto relacionado con el aprendizaje de tus hijos puedes consultarnos para buscar la mejor solución o intervención para ellos. Recordad que cuanto antes se intervenga, mejor avanzaremos en el proceso de aprendizaje.

 

Paula Sáenz Palacios

Psicopedagoga col. nº 1664

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