Los miedos infantiles
Esta emoción tan intensa que llamamos miedo, que necesita el niño/a para explorar la realidad y reconocer en ella sus peligros y seguridades, es universal.
Ahora bien, ¿cuándo este sentimiento se puede convertir en algo perjudicial para la salud mental del niño/a?
- Cuando el niño/a busca constantemente situaciones de peligro proclamándose omnipotente, como mecanismo de protección ante la frustración que siente viendo que puede ser débil.
- Cuando los pensamientos de miedo pueblan totalmente su interior, sin dejarle lugar a otro tipo de pensamientos, ideas, emociones.
- Cuando el niño/a empieza a ver peligros en todos lados llegando estos a paralizarle, bloqueándolo de tal modo que ya no es capaz de aprender de sus experiencias porque no es capaz de sentirlas.
- Cuando el niño/a reprime sus miedos, llegando a aparentar que no hay ningún miedo, pero que luego vemos que aparecen intensamente como pesadillas o terrores nocturnos.
- Cuando existe un terror a morir, pensando que no hay otra salida.
Dejamos algunas recomendaciones que os ayudaran a ser un buen pilar de apoyo para vuestros hijos/as, y que pueda entender, elaborar y superar sus miedos. Siempre bajo la siguiente premisa:
“No es valiente quien no tiene miedo, sino el que teniéndolo sigue adelante”
– No sobreproteger ni hacer que el niño/a se sienta culpable o cobarde
– Dialogar con él/ella y hacerle entender que son producto de su imaginación y que no suponen un verdadero peligro
– No ridiculizarlo/a ni amenazarlo/a
– Nunca asustarlo/a con cosas (el hombre del saco, el lobo…) para que nos obedezcan
– Intentar hablar de sus miedos a partir de cuentos con finales felices en los que los personajes utilizan ideas ingeniosas para resolver y superar sus miedos
– Procurar que no vea situaciones o películas con un contenido dramático, y si los ve procurar explicarle la situación.
Imad Samadi
Nº Col. 21322
Psicólogo especializado en clínica infantojuvenil